Cuando niña, viví en la ciudad de Rosario, Argentina, en un hermoso lugar de campo, alejado del bullicio de la ciudad.
Una de las características del clima de Rosario, son las repentinas tormentas, que llegan sin avisar e irrumpen en medio del día o la noche. No había señal alguna que pudiera alertarnos de lo que se aproximaba.
Recuerdo que de pronto los árboles comenzaban a aplaudir la llegada del viento, las hojas iban y venían cubriendo el jardín. Entonces, el hombre grande, de ojos azules recorría el lugar cerrando puertas o haciendo algún preparativo y gritaba con voz profunda: ¡¡TORMENTA!! Tormenta. Y silbaba con extraño placer.
A la voz del entendido, mi mamá salía veloz y entraba la ropa que parecía querer volar. Luego cerraba ventanas y ordenaba que entráramos en la casa pues el cielo comenzaba a cubrirse de negras nubes que ruidosas hacían estremecer a cualquiera.
Mi mente infantil se sentía confundida ante tanta revolución sin embargo, a pesar del viento, y de lo presurosa de la situación, algo me detenía fuera de la casa. Me paraba en callejón, bajo los nogales, de frente al viento. Abría mis brazos y respiraba profundamente y sonreía. Deseaba retener dentro de mi ese aroma que sólo podías sentir cuando se aproximaba una tormenta. Ese olor húmedo me seducía.
Entonces, con el tiempo, aprendí. Y ya no necesitaba ni al viento ni al hombre grande de ojos azules para saber cuando venía una tormenta. Mi olfato se había agudizado de tal manera que era yo quien anunciaba a mi mamá la llegada de la tormenta.
Cuando percibas que una tormenta se acerca presurosa, ponte de pié de frente al viento amenazante, abre tus brazos esperando con tranquilidad lo que viene. Respira profundamente y sonríe, seguro trae consigo una gran lluvia.
No te preocupes, sólo cierra las ventanas. El viento se calma pronto, la nubes se retiran presurosas y arco iris hace su entrada triunfal. Todo acabó y en tu cielo brilla ahora un sol aún más radiante.
No, no temas la llegada de una Tormenta, respira profundo y siente el aroma de la gran lluvia.