Tira tu capa

¿Alguna vez te sentiste perdido en medio de una multitud? ¿Alguna vez pensaste que eras uno más en un millón? Imagino que así se sintió este muchacho ciego.

Seguramente llevaba una vida rutinaria: Cada día, su madre le ayudaba en las tareas más sencillas. Tal vez le preparaba un pan. Luego le ponía su capa de ciego y alguien lo guiaba a sentarse a la orilla de un camino para pedir limosna, durante todo el día.
Estigmatizado por su ceguera, Era conocido como Bartimeo, el ciego. Cada día lo veían allí, sentado en el suelo. Pobre ciego… Usaba su capa de ciego…

Pero esta vez, algo es diferente. Bartimeo se levanta como cada día, sin embargo en el ambiente se advierte que algo extraño sucede en la ciudad. Seguramente la vecina le comenta a su madre…

-¿Supo usted que Él está en la ciudad?

– Si, dicen que hace milagros, dicen que sana enfermos y hasta resucita muertos.

Sí. Jesús estaba en Jericó…                                                                                                                       Aquella mañana, ya sentado en el camino se escucha el bullicio de una gran multitud que sigue a Jesús.
Bartimeo, lo siente,  una nueva oportunidad se abre para él.                                    
Inmediatamente comienza a gritar y … como siempre,  cuando por fin queremos darle un rumbo a nuestra vida,  cuando por fin estamos listos para lograr algo, alguien dice:                
–  ¡¡calla!!  Eso no es para ti. ¡Silencio!.                                                                                                
Sin embargo el muchacho decidido a darle un nuevo rumbo a su vida siguió gritando aún con más fuerzas:                                                                                                                                               
-¡¡JESUS HIJO DE DAVID!! Ten misericordia de mí.

Y aunque la multitud le rodeaba, aunque la multitud le hacía callar. El, el maestro oyó su clamor desesperado. Jesús se interesó en el marginado, Jesús se interesó en el estigmatizado. El se interesó en aquel que tenía un destino escrito y se detuvo para cambiar su historia. Se detuvo para darle un vuelco. Se detuvo para darle un nuevo sentido…

En cuanto Bartimeo escucha que Jesús se detiene, se levanta y tira su capa. Aún era ciego, pero tira la capa que se lo recordaba. Aún no podía ver, pero  se detiene frente a su propia realidad y en fe, bota la capa que lo ha marcado toda su vida. El sabe que todo, está a punto de cambiar…

Tira tu capa…

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